VIEN

Los árboles se desnudan a esperar el frío del invierno, mientras un pobre vagabundo recoge las hojas para encender una fogata, que le sirva como manta de un solo uso. El profesor llena la pizarra de derivadas parciales y gradientes mientras me vuelve a la cabeza la idea de fotografiar esta ciudad. Ya lo tengo decidido, tiene que ser este invierno, estoy preparando la cámara, esta noche pondré las pilas a cargar, y mañana si no llueve iré a dar el primer paseo por el casco antiguo. Lo ideal hubiera sido haber ido esta tarde, pero el calor de la calefacción me retuvo en casa. Realmente una tarde perdida.
“La rubia de mi sueño tiene los ojos azul hielo” mmm, no se, esta frase me ha salido sola, quizá sea porque la chica que esta sentada delante de mí es rubia, pero aún no le he visto los ojos, así que no se. Sobre esa frase, lo típico hubiera sido decir “la rubia de mis sueños” pero no, no ha sido así, ¿por qué? ni yo que lo he escrito lo se. Me gustaría decir que hace mucho tiempo que no sueño con ninguna rubia, pero mentiría, aunque digo la verdad si digo que no recuerdo haber visto ojos azul hielo en mi vida, porque el hielo ni siquiera es azul. Madre… me salen esperpentos de la cabeza.
“No te voy a cortar las alas, mi ángel, tampoco te pediré tu vida, ni que dejes tus historias e historietas.” es la siguiente frase que apareció en el papel de los relatos a medias de terminar, que no es lo mismo que a medias de hacer.
Cada vez que abro mi cuaderno encuentro hojas con cosas escritas, interesantes pero breves, y las siento lejanas en el tiempo, aunque ayer mismo las escribiera.
Rebuscando así, encuentro un texto en el que iba a denunciar el drama de las pateras, del que solo me salio el título ENVUELTO EN ORO, y con ello me iba a referir al plástico con el que cubren a los cadáveres que llegan a la playa. Pero se quedo en eso, en el título. Lo mismo le paso, a lo que en un principio iba a ser poema AHORA MISMO, que se basaba en la teoría (que ahora sigue vigente) de que ahora mismo debería(s) estar en mis brazos. En un archivo de mi ordenador, encuentro el principio de un cuento, que cuando le encuentre moraleja lo terminaré, también encuentro la explicación a porque me gustan las cerezas, y unas pocas canciones sin música y melodías sin letras.
Como me está entrando sueño, y me acabo de topar con un texto a medias que no acabe el otro día por eso mismo (sueño) voy a acabar rescribiéndolo:

“Que vien escriben estas chicas (mierda, volví a poner bien con v, siempre se me pasa) es increíble con que facilidad encajan las palabras, dándole un mágico significado, dejando lo que escribo a un lado, simplemente insignificante…
Eso si es contar una historia, de tal manera, que al acabar de leerla, la vuelves a leer, porque te quedó tan poco claro, que necesitabas leerla dos veces para percibir la una sola magia de la historia. Solo la muchacha que observa los tejados, la que vive en la azotea de un octavo piso, solo ella puede escribir tan arriba.”

Etiqueta: Relato ¿breve?

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