MARTES

Dos semanas después me enteré que lo dejabas.

Destino cruel y canalla, el frío del invierno no lograba enfriar mi cabeza la peor semana de lo que llevamos de 2009, cuando con los ojos pintados (y teñidos de rojo) caminaba cual autómata, siendo todavía de noche y desprendiendo olor a café, con el objetivo de sentarme unos minutos, soltar una amplia risotada, y decirle “eres un cabrón” a uno de esos ingenieros que toda su meta en la vida era dar clase en “la escuela superior de caminos de Madrid” y por eso quieren demostrar lo listos que son.
Destino cerdo y cabrón, esa semana me lo ocultaste, pero hoy, quince días mas tarde, al abrir el periódico para arrancar una hoja que sirviera como “mantelito”... (zas, explotó el invierno)

¿Por qué siempre me dejan en exámenes? En fin, si fuera de esas personas que se vuelven insoportables…

¿Sabes? en realidad lo paso peor la primera semana de clase, sobretodo si no me dan vacaciones y no me dejan tomármelas. Volver a coger la rutina es un asco, pero cuando encima tienes que hacer todas las cosas que aplazaste en Enero, ya es la releche. Mi agenda de la uni suspira por un hueco en blanco, porque los recordatorios pasan de semana en semana para que no se me olviden, y al final, sigo sin llamar al SCI, sin hacerme fotos de carné y el coche sin limpiaparabrisas, y eso que cuando no llueve nieva…
Hoy no he cogido el periódico a ver si ha vuelto la página del lector, mañana si puedo lo ojearé por encima, pero paso de gastar papel para una receta de cocina, (¡pareado!) si hace falta, volveré al mantel de ule (¿o es hule?).
Quizá empezaré a leer el Eccus (al menos ahora habla de sexo) o a lo mejor abriré ese libro del genio de Macondo que lleva dos meses esperando en mi mesita de la cama.

“En agradecimiento a Elia Maqueda por romper los platos, a Mamen Somar por vivir en Sagitario, al hombre que se llama Roberto Domínguez y demás amantes de la palabra, por escribir en mi página preferida de la Tribuna Universitaria.”

Ya se os hecha de menos.