CASATE CON ÉL

Llevo años intentando escribirte una declaración de amor, y con el tiempo se me torna en carta de despedida.
He llenado cuadernos con solo una frase por página, “Eres un cielo…” y no paso de eso. A partir de esos tres puntos las palabras se tornan emociones, los poemas se diluyen en canciones, mi lápiz y papel se convierten en púa y guitarra, y un rato después, desfallezco en el éxtasis de tan mágico ritual.
He dormido muchas noches abrazado a ese cuaderno, triste consuelo, porque he soñado muchas veces enredado con tu cuerpo, sabes, te anhelo.
Al principio estaba seguro de que tu destino y el mío estaban unidos, y que acabaríamos volando juntos. Observando desde la distancia que da el tiempo (y que es el olvido) veo dos vuelos paralelos, pero separados, y que ya apenas se cruzan. Mirando hacia el futuro, veo dos cosas claras, yo voy cayendo, me acerco al suelo, tomo tierra o me estrello, Tu, tu bates tus alas y te impones gloriosa en el horizonte.

Vuela, vuela y vuela…
… y no te cases con él, que es un copión.